En
1868, existían en Puerto Rico varios comités revolucionarios diseminados por la Isla, entre ellos el de "Capá
Prieto“, en Mayagüez, centro de la conspiración, presidido por Mathias Bruckman
También estaba el "Centro Bravo” en
Lares, presidido por Manuel Rojas; “Lanzador del Norte”, en Camuy, presidida
por Manuel González, que incluía en su nómina al alcalde del pueblo.
Otras Juntas Revolucionarias estaban en San
Sebastián y Ponce y la
Junta Revolucionaria Matriz se encontraba en Santo Domingo,
donde residía exiliado Ramón Emeterio Betances.
La fecha original del levantamiento armado
era el 29 de septiembre de 1868, en Camuy.
Segundo Ruiz Belvis viajó a Chile para
recibir la ayuda ofrecida por el gobierno, pero no la recibió y encontró la
muerte en forma sospechosa y Betances saldría de Santo Domingo con un pequeño
ejército en el barco “El Telégrafo”, anclado en Saint Thomas
El 20 de septiembre las autoridades
españolas se enteraron de los planes y arrestaron a Manuel González, en Camuy,
mientras que el gobierno dominicano le prohibió la salida a la expedición de
Betances y las autoridades de Saint Thomas incautaron la embarcación.
La decisión fue adelantar los planes insurreccionales
para el 23 de septiembre y que se efectuaran en la ciudad de Lares, donde 400
hombres ocuparon la ciudad sin inconvenientes a la medianoche
Los revolucionarios se apoderaron del
ayuntamiento y proclamaron la
República de Puerto Rico en la mañana del 24, celebrando un
Te Deum por la independencia de Puerto Rico en la iglesia local
El 24 de septiembre Manuel Rojas, comandante
en jefe del ejército de Liberación y 200 rebeldes salieron a liberar el poblado
de San Sebastián, pero las
tropas españolas los esperaban derrotándolos en la batalla
En los días siguientes las autoridades coloniales
españolas arrestaron a más de quinientas personas, se dictaron siete sentencias
a muerte que no se llegaron a cumplir, debido a la llegada del gobierno
revolucionario en España que depuso a Isabel II.
Los símbolos del Grito de Lares –la bandera y el himno La Borinqueña-
se mantienen hasta hoy como símbolos de la lucha por la independencia, y el
hecho se recuerda como la primera manifestación clara de la nacionalidad
puertorriqueña.