Por Miguel Fernández Martínez
Cuando el Héroe Nacional cubano, José Martí,
nació en La Habana
el 28 de enero de 1853, ya el Padre de la Patria puertorriqueña, Ramón Emeterio Betances,
tenía 26 años. Nunca se conocieron personalmente, pero se unieron en la
inmortalidad al soñar con la independencia de las Antillas, y de las dos últimas
colonias de España en América: Cuba y Puerto Rico.
A la lucha por la soberanía y la
autodeterminación de sus respectivas patrias, Martí y Betances dedicaron todos
sus esfuerzos, lo que los convierte en referentes indiscutibles del sueño
libertario que todavía sigue soplando sobre la isla boricua, que en pleno siglo
XXI continúa siendo una colonia del imperio revuelto y brutal –como calificara
Martí- a Estados Unidos.
“Ya estoy todos los días en peligro de dar
mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con
que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan
por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre
nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”,
escribió el pensador y luchador cubano en mayo de 1895, antes de morir en la
manigua redentora, bajo la atronadora carga de la soldadesca española.
Con la misma claridad, 28 años antes, Betances
afirmaba en un manifiesto independentista que “cubanos y puertorriqueños, unid vuestros
esfuerzos, trabajad de concierto, somos hermanos, somos uno en la desgracia;
seamos uno también en la
Revolución y la independencia de Cuba y Puerto Rico. Así
podremos formar mañana la confederación de las Antillas”.
De igual manera, y presintiendo la voracidad
del imperio del Norte, Betances advirtió: “Yo creo en la independencia futura,
próxima de mi país. Ella sola, por acuerdo de las demás Antillas, es capaz de
salvarnos del minotauro americano. [...] yo creo en la libertad y en la
república; creo en ellas, para mi patria, donde abundan los hombres de inteligencia
y los hombres de bien [...] “Creo en nuestro porvenir y en él reservo, como lo
he practicado en el pasado, mi amor eterno e inalterable por la libertad de
todos [...]
En 1892, José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano, “para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena
voluntad, la independencia absoluta de la isla de Cuba, y fomentar y auxiliar
la de Puerto Rico”.
Martí y Betances coincidieron en su ideario,
en la necesidad de luchar contra los rezagos
de la esclavitud en el Caribe, a favor de los grupos sociales desposeídos y las
clases oprimidas, con cuya participación contaban para su lucha y en dar
solución a los problemas sociales, sin desvincularse de los sectores que tenían
el privilegio de la cultura, los recursos o medios productivos para los países,
destaca el Master en Ciencias José Antonio Bedia, del Centro de Estudios Martianos, radicado en la
Habana.
Las ideas de José Martí y Ramón Emeterio Betances
tienen absoluta vigencia en pleno siglo XXI y se reafirma la necesidad de que
nuestras islas antillanas sean fuertes, vigorosas, independientes y soberanas.
Es descabellado ver que todavía Puerto Rico siga
siendo colonia, 118 años después de ser ultrajada por la fuerza de la bota
invasora gringa, que sige desangrando las riquezas y recursos naturales de la Isla del Encanto, pero sobre
todo, cometiendo el horrendo crimen de privarle su derecho a la libertad.
Martí y Betances siguen vivos, y sus
banderas flotan airadas, clamando por días luminosos y libres para la patria
antillana.
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